Entendemos la Atención Divergente como una forma distinta —no deficitaria— de atender, sentir y procesar la realidad.
En Psikokide trabajamos desde una perspectiva comprensiva, crítica y respetuosa con la neurodiversidad. Nos alejamos de enfoques medicalizantes que reducen las diferencias atencionales a un trastorno que hay que corregir. En su lugar, proponemos un acompañamiento que tenga en cuenta la singularidad de cada persona, su historia, sus necesidades y sus contextos.
Lo que se ha etiquetado históricamente como TDAH o similares, puede ser en realidad la expresión de un estilo cognitivo y emocional que se desenvuelve mejor en ambientes flexibles, creativos y con sentido. Las dificultades de atención, impulsividad o inquietud no siempre responden a una patología, sino que a menudo son reacciones adaptativas ante entornos poco comprensivos o estructurados para otras formas de aprender y vivir.
La Atención Divergente es un término que utilizamos para referirnos a formas de atención no normativas, que se alejan de los patrones de concentración lineal o sostenida que el sistema escolar o laboral suele exigir. Estas formas de atención pueden ser variables, intensas, multifocales o intermitentes, y están a menudo acompañadas de una gran sensibilidad, creatividad o hiperfocalización en determinados intereses.
Aunque frecuentemente se les asocia con el diagnóstico de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), en Psikokide preferimos no centrar la intervención en el diagnóstico clínico, sino en las necesidades reales de la persona y su entorno.
- Desregulación emocional, asociada a la intensidad de los estímulos o a la frustración ante la dificultad para organizar tareas o rutinas.
- Conflictos escolares o laborales por el desajuste entre el estilo de atención y las exigencias externas.
- Baja autoestima, producto de años de etiquetas, reprimendas o sensación de no ser suficiente.
- Dificultades en la gestión del tiempo, la planificación o el seguimiento de instrucciones.
- Hiperfocalización en intereses concretos, con desatención hacia otras tareas impuestas.
Muchas personas con atención divergente han aprendido a sobrevivir en sistemas que no han sabido acogerlas, desarrollando estrategias de camuflaje, sobreesfuerzo o incluso rechazo hacia sí mismas.
- Evaluación comprensiva, centrada en la historia de vida, estilos de aprendizaje, regulación emocional y contexto familiar y escolar o laboral.
- Acompañamiento psicológico individualizado, con especial atención a la autoestima, las emociones y la construcción de una narrativa no patologizante.
- Asesoramiento a familias, para comprender las necesidades específicas y construir entornos más seguros y flexibles.
- Orientación educativa, cuando es necesario repensar los apoyos escolares o universitarios desde una mirada respetuosa con la diversidad atencional.
No buscamos “corregir” conductas, sino entender qué las sostiene. Trabajamos para que cada persona pueda reconocerse sin juicio, encontrar herramientas que le sirvan en su vida cotidiana y generar entornos que acojan su forma de estar en el mundo. La atención divergente no es un déficit que haya que suplir, sino una forma distinta de transitar la vida que merece ser comprendida y acompañada.
Ofrecemos acompañamiento psicológico especializado en neurodivergencias.
¿Quieres ayuda?
Ya seas una persona adulta, una familia o un centro educativo, estamos aquí para ayudarte a comprender y actuar desde el respeto y la evidencia.
